El trabajo en equipo no es la
división social del trabajo. La búsqueda del bien común no tiene nada que ver
con la optimización de recursos o la eficacia del desempeño colectivo. Los que
piensen que el “éxito” global es más importante que las tareas individuales
caen en una profunda herejía… financiada por el capitalismo.
¿A qué me refiero con “éxito”
global? A esos que dicen: "No importa qué pase con los individuos. Sólo importa el producto final." Eso es una herejía. A Cristo le importa que cada uno cargue su cruz, se niegue
a sí mismo y lo siga. Así sabrán las personas que hemos elegido a Cristo. Pero
si pensamos que el “éxito” global es lo más importante, inevitablemente
decidimos ignorar el esfuerzo individual en pro del logro general: es decir,
alguien se rasca mientras otro trabaja y está todo bien porque el “éxito” va a
venir igual… NO.
El medio es lo que importa, no
los fines. Dios bendice a quienes lo siguen, no a los que son eficientes. Dios
bendice a los que se humillan para seguirle, no a los exitosos. Esto implica
que radicalmente estamos a favor de un fracasado que emplea los medios que creemos
correctos en vez de un exitoso que utilizó medios que no compartimos. ¿Negamos
el éxito? No. Pero no lo festejamos, celebramos el modo, el método. Aunque
fracase.
A eso se le llama “principios”…
que nadie los tenga en nuestra época es una clara señal de que el cristianismo
no está en los corazones de la cristiandad.
(después voy a hablar de los medios que Cristo cree correctos... y van a ver que lo que la gente conoce popularmente como "la Iglesia", es la primer hereje)
(después voy a hablar de los medios que Cristo cree correctos... y van a ver que lo que la gente conoce popularmente como "la Iglesia", es la primer hereje)