26 febrero 2014

Indigestión - Autogestión

Indigestión.
Hoy los músicos no sufren, surfean.
En tiempos de vacíos, sinsentidos, modas, industrias culturales y otras posmodernidades, nada sufre. Nadie sufre. Todo es fiesta, todo es alegría... bachata, dubstep, jazz o lo que sea. Todo es alegría y descontrol. Solamente se consume, se come, se toma: lo conceptual, lo comercial, lo académico, lo incidental... todo es empaquetado. Hasta lo nativo y folklórico se embolsa y conserva; con aditivos y colorantes. Todo es maquillaje y pillaje.

Autogestión.
Para mí no hay ningún placer en lo superficial. Lo mío es una búsqueda, lo mío es bucear. Lamentablemente no me da el aire para estar tanto tiempo bajo la superficie... por ahora.
La guitarra no es para mí una tabla con la cuál deslizarme sobre las ondas sonoras.
Este mar del sonido que es la música me inunda, me ahoga por momentos; pero viajo en ella, vivo en ella, soy en ella.
Hay que entender que no todos lo músicos estamos de vacaciones en el mar de la música. No todos los músicos tenemos yates de gear (equipamiento), ni estamos en las playas más arenosas y turísticas...
Como si fueramos pescadores repararamos redes, parchamos filtraciones y remamos, y remamos.
En otras palabras, trabajamos. No es pesca deportiva. No somos empleados del mes. Nunca. Somos libres, autónomos y autogestionamos nuestros recursos. El problema es que somos pocos.

La única salida es que el melómano, el que ama la música, deje de comer pescado podrido o atún enlatado... cómprele de primera mano al productor, a aquel que lucha por la autogestión.