08 mayo 2013

El libro no salva.

Un conjunto de letras espera en la oscuridad... vacías, frías, muertas. Son títeres, marionetas del pensamiento: Herramientas en una caja.

Un bote. Una bici... cualquier medio de transporte traccionado a sangre.
Una casa vacía. Un plato de comida en una mesa. Una frazada sobre la cama.
¿Qué sentido tienen sin una persona?

Quiero viajar. Quiero comer. Quiero descansar. Quiero un hogar. Entonces busco herramientas para lograrlo. Yo soy el que le da sentido al libro. El libro es para mí, no yo para el libro. El libro está por debajo de mi, en autoridad y en sentido. Jesucristo dio su vida por mi, no para aparecer en un libro. A Él no le interesa lo que diga el libro, le interesa lo que yo digo. El me habla y espera que yo le responda, no que le repita lo que dice el libro...

¿Cómo puede salvarse una persona que no tiene voluntad, ni pensamientos, ni sueños o deseos? ¿Son personas o simples autómatas? ¿Puede el robot explicarle al humano un sentimiento si nunca los ha tenido?
¿Puede un humano extirpar su individualidad y mutilar su personalidad a fin de ser salvo? ¿Qué es lo que quiere salvar si está dispuesto a destruir dentro de sí lo que Jesucristo vino a salvar?

El libro no salva. Repitan las palabras escritas como si fueran conjuros mágicos "si confesares con tu boca... serás salvo". Y quédense tranquilos, si lo que buscan es tranquilidad...  Traigan todos los libros, todos los milagros, todos los sacrificios y todas las plegarias para ofrecer a Dios... yo traigo mi corazón. Si me salvo, me salvaré por confiar día a día en la gracia de Cristo. Si me salvo, que sea por aprender a obedecer a la guía del Espíritu. Si me salvo, que sea por haber dedicado mi tiempo en la tierra a amar.
Y si no me salvo que sea porque Cristo no quiso y no porque me engañé a mi mismo practicando una religión.

La letra mata, pero el Espíritu vivifica. Yo hablo de la vida, de los problemas de la vida real, no de los problemas que la religión mete en la cabeza. Cristo es libre y autónomo, así también los que son como Él. Él se sometió a amar a las personas y le costó su vida: tiempo, pensamiento, trabajo, familia y toda su sangre.
Lo voy a intentar... ser salvo es ser libre y amar sin límites.

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