15 agosto 2010

Crónicas del Rehén.



Somos rehenes porque queremos salir y no nos dejan...


Hemos guardado silencio bastante tiempo: estábamos ocupados. A continuación leerán algunos de los pensamientos, sentimientos y convicciones que han surgido desde que vimos el bosque que el árbol por mucho tiempo nos bloqueó.

"Carta a L.M." (27 de julio de 2010)

Hola L, tengo muuucho que contar, asi que voy a poner el piloto automático de la crónica para simplificar casi 6 meses de aventuras del temperamental y polémico estudiante de sociología que quiere hacer la revolución sin dejar de ser cristiano...

(...)

Viajé al norte de córdoba con unas pasantías del movimiento campesino. Encontré humanos. Se desvanecian todas las dudas que las academias echan como caldo de cultivo de futuras epidemias de certidumbre: se acababa el determinismo y la generalidad. Aparecía la cultura, algo tan similar a hacerse carne que me sentí cristiano... por fin.

Entre palas y cabritos, entre las tripas y el cuero de la vaca serpenteaba la sangre... tan caliente y tan simbólica.

Matar un animal para comer es la única manera de comer carne.
Algo tan obvio como eso me cerraba el apetito.
Irse a dormir a las nueve porque no hay electricidad y levantarse apenas clarea el día.
Algo tan obvio como eso me me mostraba la fragilidad de este proyecto civilizatorio de beneficios para unos y privaciones para otros.
Ese nudo en la garganta me obstaculizaba tomar el poco líquido que el desértico paraje cuidaba como tesoro. 
*
Me encuentro ahora volviendome un erudito que tiene arcadas con Marx y Kant, y que cita como autoridad a doña Ramona.
Ahora puedo entender qué es un ciego que guía ciegos. Ahora sé lo que es no entrar ni dejar entrar a los otros.
Ahora comprendo la dimensión de una deidad creadora sacrificandose por una criatura.

Como tantas veces sigo disputando las concepciones del derecho, la libertad, la salvación y la fe. Pero resistiendo férreamente al imperialismo de una "cultura cristiana" cercenadora y egoísta que no me representa. 

Ahora soy un artesano de la música poética y un técnico en la construcción que disputa la unidimensionalidad étnica de los seguidores del Cristo. 

(...)

un abrazo gigante, tan lejos y tan cerca!


1 comentario:

Paloma dijo...

EY!!!!! me encantó el texto, casi me traslado a ese paisaje.
Parece un estudiante de sociologia que quiere hacer la revolucion sin dejar de ser cristino con una mirada distinta. Muy bien por ti, al estilo Alex Supertramp.