24 abril 2011

Pascua.

Mucho se ha dicho sobre la salida de los esclavos israelitas de Egipto. Eso es historia, es memoria: así se construye la identidad de un pueblo.

Pero entre los gentiles, los oprimidos, los extranjeros, los que no tenemos identidad a través de la historia, no tenemos memoria de un suceso así de relevante para la conformación de nuestra personalidad.
Vivimos en países que no construímos. Habitamos edificios que no poseemos. Comemos alimento de tierra que no es nuestra. Producimos objetos que no nos pertenecen. Brindamos servicios a otros que nosotros no podemos pagar. En fin, no somos nadie en especial. Casi se podría decir que vivimos acá; yo diría que sobrevivimos.

Después de tanto esforzarnos, pasa el tiempo, cambia el mundo y sus amos: pero nosotros seguimos iguales. Sin poder. Sin pertenencia. Sin elección. Pero con una necesidad incontenible de dignidad, de amor, de sentido... y el mundo no me lo da.
Aparece entonces una historia, una historia muy antigua. Tan antigua que parece una fábula, un mito. La historia de un rey, cuya llegada fue anunciada mucho tiempo antes. Un rey que vivió como un humilde trabajador, entre los pobres y oprimidos. Ese rey hablaba como ninguna persona habló antes. Ese rey era capaz de controlar la materia, de cambiar corazones, de encender pensamientos. Ese rey caminaba por la tierra, no tenía trono ni ejército: tan solo fe y sabiduría. Fue demasiado para la humanidad, los poderosos de todos los tiempos le temen, porque su figura es indestructible. No es que no lo hayan intentado, de hecho lo apresaron, lo acusaron de crímenes que no cometió y lo juzgaron en una reunión secreta, de noche.
Lo mataron. Parecía un revolucionario más de todos lo que existieron y de los que iban a existir...

Pero resulta que en la tumba no está. Mucha gente charló con él días después de haber sido enterrado. Y otras personas lo vieron, comieron con él... lo tocaron, porque les costaba creer. Finalmente, en un cerro se despidió diciendo "vuelvo pronto, voy a construir un lugar para ustedes", "cuentenles a todos lo que vieron y oyeron". "hasta que vuelva, les voy a mandar a Alguien para que los ayude"... y subió al cielo.

Resurrección: volver a surgir... creer es lo que me surge; y parece una nueva historia.

1 comentario:

Paloma dijo...

"tan antigua que paerece una Fabula" Ya va a haber un dia en que pueda abrazar a Aslan.

=) =) =)

Saludos!!