02 diciembre 2010

(Sub) Versión 2.0

Hay una obsesión recurrente en tratar de conocer la verdad. Esa verdad es una existencia tan apetecible y necesaria que se vuelve irresistible. La buscamos... pero al ser necesaria, quienes no pueden encontrarla, la inventan.

La verdad no se piensa. No se siente. Está en las cosas y en los sucesos. Está en las palabras y en las personas. Hasta la mentira tiene una porción de ella.
¿Qué es esta fuerza que no podemos ignorar?

La verdad somos nosotros; una mentira es una omisión, tergiversación, malinterpretación... No podemos admitirnos verdaderos. Ni falsos. Solo podemos inventarnos, interpretando alguna regla o alguna ley externa como parámetro. Entonces nos vamos modificando según la medida que nos impongamos.
El logro de la cultura, de la civilización (la religión como herramienta principal), es unificar la regla. Todos la miramos, todos la imitamos... no todos lo conseguimos. Algunos fallan y son menos verdaderos.

El mundo lo dominan aquellos que se vuelven regla. Y dicen "imítenme". Esos seres se vuelven verdad, porque son necesarios e irresistibles.

Estudiar las verdades a lo largo del tiempo nos permite ver las versiones que la verdad adoptaba para la gente. Pero es, fue y será la gente la que admita verdades sobre otras. El colectivo, el conjunto, no puede tener muchas verdades, porque eso los divide. Y estar juntos tiene más beneficios (independientemente de cómo se distribuyen, leer Marx).
La subversión es eso. Descubrir la historicidad de una verdad. Descubrir que la eternidad está dentro del hombre, en su corazón y en su mente... pero que su cuerpo no es eterno. Entonces, los que conocen la verdad tienen opciones muy limitadas... o ser libres y dejar a los otros libres a las verdades que mejor les parezcan, o ser esclavos de su verdad y esclavizar a los demás.

La verdad nos hace mejores, y al que no le gusta se jode. Al que no le gusta, miente. Y jode a los demás.
Por eso, les ruego a los "cristianos" que se dejen de joder con la verdad. Dejen de mentir... si tuvieran la verdad el mundo sería mejor, ustedes serían mejores.
Y a la vez, traigo la (Sub)Versión 2.0, la mentira sobre la verdad del cristianismo: El Cristo nunca obligó a nadie a nada. Si alguien te obliga a algo en nombre de Cristo, no le creas. Ni siquiera obliga a ser felices y libres a las personas... si quieren ser unos esclavos infelices del sistema corrupto e inhumano de explotación de la existencia (capitalistas), sean... pero no es la idea del Cristo.

Hagan lo que mejor les parezca. Sabiendo que las apariencias engañan y que los saberes, también son pareceres.

2 comentarios:

VENUS dijo...

waw me encantó ! es cierto muy muy muy ciertoooo ademas hay que tener en cuenta que mi verdad esta condicionada por miles de causas que son distintas de las tuyas y asi ad infinitum no my friend? que vida la nuestra...a veces tengo ganas de saber quien sos.

Terrícola Aterrizando dijo...

jeje... ese "a veces" es espontáneamente dulce y a la vez filosamente sincero...

si tu caligrafía es como tu dominio de la espada, estamos frente a una escritora perfecta.

gracias por pasar!