20 noviembre 2010

Tanto tango canto...

"Porque el Tango es macho..." dice Julio Sosa con aires de tristeza y desilusión arrabalera. El tango llora, el tango piensa, el tango recuerda, el tango es macho...

Quiero recuperar mi hombría, mi dignidad masculina que la violencia y el instinto animal me han vulgarizado. Un hombre, esa medida de equilibrio integral, esa cualidad virtuosa que distingue y embellece al varón.
  • Ser macho es ser valiente, no un temeroso que se esconde a los problemas y huye por la puerta pequeña. Tampoco es ser arrojado, necio e impulsivo que no mide sus acciones y pierde el control de sí mismo.
  • Ser macho es afrontar la responsabilidad, es conocerse a uno mismo, es tener miedo sin ceder a la tentación de escapar. 
  • Ser macho es ser fiel, admitir el compromiso y cumplir con orgullo la palabra entregada. Un macho no traiciona, siempre deja en claro lo que quiere y lo que puede.
  • Ser macho es ser esforzado, no busca los caminos fáciles y turbios, busca superarse a sí mismo. No compite ni atropella, lleva su carga y su dolor en su corazón.
  • Un macho dice la verdad, cueste lo que cueste. Admite su error con humildad y se somete al castigo que le corresponda: pero nunca va a doblegar sus principios, a menos que éstos dañen a alguien más.
  • Un macho sabe que solo no puede, sabe que necesita ayuda y entonces concede, dialoga. Un macho siente, llora y se entristece; se alegra, se conmueve: no es una máquina o un juguete. 

No digo que no me cueste. Digo que no me malinterpreten, que me pregunten, que me confronten: necesito que me corrijan y que me enseñen. Pero por sobretodo, necesito que me completen.
 

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